Wednesday, February 22, 2012

Signaling in Mexico

I have a new piece here at Este País regarding the need for the federal government to do a better job communicating with gangs in Mexico. Highlights:

En ciertas ocasiones, los gobiernos de México y Estados Unidos sí han reaccionado a provocaciones criminales con una concentración de fuerzas y una respuesta contundente. El problema es que estas acciones han sido esporádicas e improvisadas, cuando para funcionar, tienen que ser sistemáticas y absolutas. El caso de Torreón es instructiva: en tres ocasiones en 2010 —la primera en enero, y luego en mayo, y otra vez en julio— grupos armados abrieron fuego contra un grupo de jóvenes disfrutando una noche de antro. El blanco en estos casos no se encontraba entre el montón de los muertos; la elección de los bares se debían a los dueños, quienes tenían presuntos vínculos con los Zetas. En efecto, este grupo de matones buscó sembrar pánico y mandar algún tipo de mensaje a sus enemigos a través de docenas de inocentes acribillados.

Aunque no haya tenido que ver con Al Qaeda ni fundamentalismo islámico, los ataques alcanzaron cualquier definición de terrorismo, que es el crimen que más debería preocupar a un gobierno. Sin embargo, la reacción de la administración en los dos casos iniciales fue casi nula; de hecho, los masacres de El Ferrie y Las Juanas sucedieron durante un retiro paulatino de fuerzas federales de la ciudad, lo cual no se frenó a pesar de estos hechos sanguinarios. Fue hasta el ataque del Italia Inn, en que murieron 17 personas y que provocó más atención de los medios —tanto los nacionales como los del extranjero— que el gobierno de Calderón por fin empezó a enfocarse más en Torreón.

Pero la respuesta no fue producto del grado de la provocación, porque habían sucedido dos ataques iguales sin que le importara mucho al gobierno federal, así que el mensaje hacia los criminales fue lo siguiente: bajo ciertas circunstancia, sí puedes matar muchas personas inocentes sin incurrir la ira del gobierno federal.