Entonces, si casi todo lo que sugirió Williamson era tan sensato, ¿por qué tanto rencor?Apologies for the lack of posting, I have visitors in my parts.El factor clave es la implementación: las reformas se llevaron a cabo de una forma dogmática, apresurada, e ideológica. Es decir, los políticos latinoamericanos y los asesores en las instituciones como el FMI resultaron más papistas que el papa, e ignoraron cualquier matiz o nota de precaución que Williamson expuso.
Vean, por ejemplo, lo que escribió Williamson sobre la privatización:
“Mi opinión personal es que la privatización puede ser muy constructivo cuando una mayor competencia es el resultado, y útil cuando alivia las presiones fiscales, pero no estoy convencido de que el servicio público siempre sea inferior a las adquisiciones privadas como la fuerza impulsadora.”
Ese comentario cauteloso tiene muy poco que ver con la campaña de liquidación de los paraestatales de Salinas, presidente responsable por 96 por ciento de las privatizaciones de los 1980s y ‘90. En lugar de más competencia, México recibió el Telmex de Carlos Slim; en lugar de la eficiencia, México se quedó con la banca que se desplomó en la crisis que estalló en el ‘94.
Wednesday, April 4, 2012
The Legacy of the Washington Consensus
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