Si uno teclea “Peña Nieto” en el buscador de Google y espera las opciones para completar la frase, la cuarta opción que aparece es “peña nieto mato su esposa”. Como todos los que conocen el caso, yo no tengo evidencias para apoyar esa versión de la muerte de Mónica Pretelini, y por lo tanto, pese a cualquier otro problema que tenga con el probable sucesor a Felipe Calderón, prefiero darle el beneficio de la duda y no ficharlo como un asesino.
Es decir, menciono esta teoría no para promoverla, sino simplemente para demostrar que tan fácil es que existan los cuentos escandalosos. El de la esposa de Peña Nieto es el más famoso, pero sobran las historias y rumores sobre todas las figuras más sobresalientes de hoy. Si uno cree los rumores, México es liderado exclusivamente por borrachos, asesinos, rateros, y secuestradores.
Estos cuentos no necesitan evidencias ni lógica para seguir existiendo, ni mucho menos el respaldo de un político adversario. Su oxígeno es otro; supongo que tales historias persisten efectivamente por la naturaleza humana, tan chismoso, sospechoso, y escandaloso que es. A nivel personal, creo que todos deberíamos resistir estas tendencias, pero legislar en contra de nuestra naturaleza no tiene sentido.
Lamentablemente, eso es precisamente lo que intentó hacer la reforma electoral de 2007. La prohibición de los spots negativos tenía la meta de fomentar un estilo político más limpio en México, y de evitar circunstancias como la famosa acusación en 2006 de que AMLO representaba un peligro para México. Pero como podemos ver, y como muchos supusieron en el momento de su aprobación, la reforma no era capaz de eliminar los ataques o las opiniones negativas; nada más los sacó de las campañas oficiales, dejándolos a la anarquía cibernética de Youtube y Twitter.
Wednesday, April 25, 2012
Negativity
I have a new post in favor of negative campaigning at Este País. Highlights:
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